sábado, 4 de abril de 2009

Esperando contra toda esperanza. Después de todo también es nuestra Iglesia.




Caminando por mi desierto  de esta cuaresma de 2009 encontré un oasis que quiero compartir con todos mis amigos laicos.

Estamos en momentos de prueba, y dan muchas ganas de salir corriendo lo más lejos posible, es la primera cosa que se nos viene a la mente, es la reacción natural ante tantos palos en la rueda, ante tanta obstaculización que encontramos para ejercer nuestra vocación de laicos.

Pero no es lo que el Señor espera de nosotros. Cristo exige nuestra confianza, nuestro sacrificio, nuestra esperanza. Si aunque Ustedes y yo sabemos que a veces la sangre hierve ante algunas actitudes, debemos esperar contra toda esperanza. Después de todo también es nuestra Iglesia.

Les paso algunas de las consolaciones que encontré en este nuevo oasis de fe, lleno de agua viva: Aparecida.

213. Hoy toda la Iglesia en América Latina y El Caribe quiere ponerse en estado de misiónLa evangelización del Continente, nos decía el papa Juan Pablo II, no puede realizarse hoy sin la colaboración de los fieles laicos. Ellos han de ser parte activa y creativa en la elaboración y ejecución de proyectos pastorales a favor de la comunidad. Esto exige, de parte de los pastores, una mayor apertura de mentalidad para que entiendan y acojan el “ser” y el “hacer” del laico en la Iglesia, quien por su bautismo y su confirmación, es discípulo y misionero de Jesucristo. En otras palabras, es necesario que el laico sea tenido muy en cuenta con un espíritu de comunión y participación.

214. En este contexto, el fortalecimiento de variadas asociaciones laicales, movimientos apostólicos eclesiales e itinerarios de formación cristiana, y comunidades eclesiales y nuevas comunidades, que deben ser apoyados por los pastores, son un signo esperanzador. Ellos ayudan a que muchos bautizados y muchos grupos misioneros asuman con mayor responsabilidad su identidad cristiana y colaboren más activamente en la misión evangelizadora. En las últimas décadas, varias asociaciones y movimientos apostólicos laicales han desarrollado un fuerte protagonismo. Por ello, un adecuado discernimiento, animación, coordinación y conducción pastoral, sobre todo de parte de los sucesores de los Apóstoles, contribuirá a ordenar este don para la edificación de la única Iglesia.

215. Reconocemos el valor y la eficacia de los Consejos parroquialesConsejos diocesanos y nacionales de fieles laicos, porque incentivan la comunión y la participación en la Iglesia y su presencia activa en el mundo. La construcción de ciudadanía en el sentido más amplio y la construcción de eclesialidad en los laicos, es uno solo y único movimiento.

Caminando por mi desierto me encontré este tesoro y voy a seguir buscando, para seguir compartiendolo.

Les dejo un abrazo en Cristo y mis sinceros deseos de que esta Pascua nos traiga más frutos de la resurrección.


Paz y Bien!


2 comentarios:

  1. Marcelo,
    GRACIAS por compartir esto conmigo... me ayuda también a re-plantear mi vocación específica...
    Un abrazo!
    Oscar.

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  2. Gracias por tu comentario Oscar.

    Estoy convencido de que todos los bautizados debemos construir la Iglesia, cada uno desde su vocación.

    No es tarea facil, pero tampoco imposible y debemos rezar mucho para que esto se de algún día.
    Desde Juan XXIII a la fecha los Vicarios de Cristo, nos vienen repitiendo esta temática, es hora de hacer nuestro mejor esfuerzo para que comience a ser una realidad.

    Un abrazo en Cristo.

    Marcelo

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