viernes, 3 de abril de 2009

Domingo de Ramos: vigencia eterna




Estamos a pocas horas de una de las fiestas más celebradas por los cristianos de todo el mundo: el Domingo de Ramos.

Comparto con Ustedes esta meditación para que este año podamos rumiar mejor esta fecha.

Es natural en el ser humano cuando llegan estos días y escuchamos el relato de la pasión conmoverse con el recuerdo de los padecimientos de Jesús, más de alguno siente sincera emoción ante estas celebraciones. Pero nuestra fe no puede ser solo un sentimiento, de serlo estaríamos ante una fe inmadura, casi infantil. La fe exige una coherencia entre lo que se cree y lo que se vive, no solo en semana santa sino durante todo el año.

Muchos de los que agitan fervorosamente los ramos, igual que pasó en Jerusalen hace 20 siglos, están dispuestos a proclamar rey de sus vidas a Jesús, siempre y cuando no resulte muy incómodo, inconveniente o complicado en sus exigencias.

Los invito a que nos hagamos algunas preguntas que nos pueden ayudar a madurar un poquito nuestra fe:

¿Cuándo me dan un vuelto de más en algún negocio, proclamo a Jesús rey de mi vida devolviendo lo que no es mío? 

¿Cuándo veo personas durmiendo en la calle a la interperie, veo en ellos a Jesús el rey?

¿Cuándo vas a un geriátrico, a una cárcel o a un hospital y ves enfermos abandonados, a quien nadie consuela en su dolor, acompañas al Cristo vivo en ellos? o antes de responder eso... ¿vas alguna vez a un hospital, cárcel o geriátrico a visitar a los que están enfermos, presos o abandonados? 

Cuando la Iglesia expresa a través del Papa o los obispos su verdad... ¿la compartes o la criticas como si te fuera ajena la respuesta?

¿Ves al crucificado en los bebes abortados o justificas el egoismo diciendo que aún no eran personas?

¿Sos católico todos los días? o solamente para los bautismos, casamientos y semana santa (siempre y cuando no te vayas de vacaciones)...

No se trata de amargarte, ni de sentirte excluído... se trata de tomar conciencia de la verdadera dimensión de lo que implica la fe: vivir como otro Cristo.

No hay que perder de vista el modelo de reino que nos propone Jesús, pasando primero por el calvario, el dolor y abandono en la cruz y la muerte más cruda e infame. El Nazareno sin tener ni la menor culpa padeció la más cruel de las muertes.. ciento por ciento por las culpas ajenas.. las mias y las tuyas.

Espero que este breve texto, te ayude para que este Domingo de Ramos. Cuando levantemos palmas y olivos, seamos concientes de todo lo que implica, especialmente que para poder resucitar con Cristo, primero debemos morir con El.

Que la paz del Crucificado sea contigo.


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