miércoles, 25 de febrero de 2009

Ayunar es amar



Mensaje del cardenal Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires, con motivo del inicio de la Cuaresma
(25 de febrero de 2009)

 

Hay algunos paisajes a los que nos terminamos acostumbrando de tanto verlos. El gran riesgo del acostumbramiento es la indiferencia: ya nada nos causa asombro, nos estremece, nos alegra, nos golpea, nos cuestiona. Algo así puede pasarnos con el triste paisaje que asoma cada vez con más fuerza en nuestras calles. Nos acostumbramos a ver hombre y mujeres de toda edad pidiendo o revolviendo la basura, a muchos ancianos durmiendo en las esquinas o en los umbrales de los negocios, a muchos chicos durante el invierno acostados sobre las rejillas de los tragaluces de los subtes para que les suba algo de calor. Con el acostumbramiento viene la indiferencia: no nos interesan sus vidas, sus historias, sus necesidades ni su futuro. Cuántas veces sus miradas reclamadoras nos hicieron bajar las nuestras para poder seguir de largo. Sin embargo es el paisaje que nos rodea y nosotros, queramos verlo o no, formamos parte de él.

A este corazón acostumbrado viene a despertarlo y rescatarlo del mal de la indiferencia “la trompeta que invita a hacer sonar el profeta” con la que se inicia este tiempo de cuaresma. Y a palabra del Dios que ama con desmesura a todos sus hijos nos dice con ternura “Vuelve a mí de todo tu corazón”. Ese es el deseo de Dios: que nosotros, que a veces nos encontramos y vivimos lejos de él, volvamos no por obligación, no de mala gana, no por miedo…sino de “todo corazón”.

Es lo esencial de este tiempo que iniciamos: aceptar la invitación a entrar más y más en la intimidad del Señor. Es una palabra de amor a nosotros, hombres que tenemos la tendencia de poner siempre el acento en los “cumplimientos”. Por eso Dios continúa diciéndonos: “Desgarren sus corazones, y no sus vestidos”. Nuestros gestos, nuestras mortificaciones, nuestros sacrificios, sólo tienen valor si proceden del corazón, si expresan un amor.

Uno de los pilares de nuestro camino de preparación cuaresmal es el ayuno; pero éste debe partir del amor y llevarnos a un amor más grande. El ayuno que Dios quiere sigue siendo “partir nuestro pan con el hambriento, albergar al pobre sin abrigo, vestir al desnudo y no dar la espalda al hermano”.

Ayunar desde la solidaridad. Hoy sólo se puede ayunar trabajando para que otros no ayunen. Hoy sólo se puede celebrar el ayuno asumiendo el dolor y la impotencia de millones de hambrientos.

Quien no ayuna por el pobre engaña a Dios. Ayunar es amar. Nuestro ayuno voluntario debe ayudar a impedir los ayunos obligados de los pobres. Ayunemos para que nadie tenga que ayunar.

Este miércoles de Ceniza iniciamos, como Iglesia en Buenos Aires, una vez más “EL GESTO SOLIDARIO DE CUARESMA”. Y deseamos que sea la respuesta de una comunidad de discípulos que se preparan a seguir un camino de conversión para “hacer ayuno” de verdad. Un ayuno que sea signo de solidaridad con los que ayunan involuntariamente, un signo de justicia en un mundo cruel donde a unos se le hincha el estómago de comer y a otros el vientre de no comer; un ayuno que es no una imposición, sino la necesidad de manifestar la gratitud por el amor entregado de Jesús que nos dio la Vida, y continúa dándola.

 

Card. Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires
25 de febrero de 2008 - Miércoles de ceniza

martes, 24 de febrero de 2009

Bienaventurados los que aman su vocación


Bienaventurados los que aman su vocación de servicio a sus hermanos, porque todo lo que haces por alguien más pequeño o débil se lo haces a Cristo.

Bienaventurados los que aman su vocación de misioneros, porque al llevar al Amor a los demás,  ellos lo reciben en abundancia. 

Bienaventurados los que aman su vocación de cristianos, porque serán llamados amigos y no siervos.

Bienaventurados los que aman su vocación orante, porque por ellos el mundo es bendecido a cada instante, por Dios. 

Bienaventurados los esposos que aman su vocación, a pesar de todo lo que sucede en el mundo, porque ellos contribuyen a que la única institución humana creada por Dios, la familia, sea signo de esperanza entre los hombres.

Bienaventurados los que aman su vocación de entrega total a El en el sacerdocio dejando todo para seguirlo y gastar su vida por los demás, porque ellos recibirán el ciento por uno.

Bienaventurados los que aman su vocación y llevan la cruz propia y la de los demás, como entrega agradable al Señor, porque ellos morirán y Cristo los resucitará.

Bienaventurados los que aman su vocación porque contribuyen con el Plan de Salvación.

miércoles, 18 de febrero de 2009

El Amor es más Fuerte



Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta amor sería como bronce que resuena o campana que retiñe.

Aunque tuviera el don de profecía y descubriera todos los misterios - el saber más elevado -, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta amor nada soy.

Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero para recibir alabanzas y sin tener el amor, de nada me sirve.

El amor es paciente y muestra comprensión. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actúa con bajeza ni busca su propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo.

No se alegra de lo injusto, sino que se goza de la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.

El amor nunca pasará. Las profecías perderán su razón de ser, callarán las lenguas y ya no servirá el saber más elevado. Porque este saber queda muy imperfecto, y nuestras profecías son también algo muy limitado; y cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecerá.

Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño. Pero cuándo me hice hombre, dejé de lado las cosas de niño. Así también en el momento presente vemos las cosas como en un mal espejo y hay que adivinarlas, pero entonces las vemos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré como soy conocido.

Ahora, pues, son válidas la fe, la esperanza y el amor; las tres, pero la mayor de estas tres es el amor. 

1 Corintios 13

martes, 17 de febrero de 2009

Benedicto XVI visitará Tierra Santa



Al recibir Benedicto XVI en audiencia a los representantes de la Conferencia de los presidentes de las Mayores Organizaciones Judías de los Estados Unidos, el pasado jueves 12 de febrero, el rabino Arthur Schneier, de la Sinagoga de Park East, en Nueva York, hablando en nombre de los presentes, le dijo al Papa: "La Tierra prometida espera su llegada".

     En su respuesta, sabiendo que sus visitantes tras su escala en Italia se disponían a viajar a Tierra Santa, el pontífice afirmó: "Yo también me preparo para visitar Tierra Santa, una tierra que es santa para los cristianos y para los judíos, dado que las raíces de nuestra fe se encuentran allí".

     “La Iglesia -agregó- encuentra su sustento en la raíz de ese buen olivo, el pueblo de Israel, en el que se han injertado las ramas de los olivos silvestres de los gentiles", porque “desde los primeros días del cristianismo, nuestra identidad y cada uno de los aspectos de nuestra vida y de nuestro culto están íntimamente ligados a la antigua religión de nuestros padres en la fe", aseguró.

     De esta manera quedó confirmado que Benedicto XVI está preparando su visita a Tierra Santa, visita que algunas fuentes habían puesto en duda tras el estallido de la guerra en Gaza.

     Tanto en Jerusalén como en Roma se cree que la primera peregrinación de este pontificado a Jordania, Israel y los Territorios Palestinos se llevaría a cabo alrededor de la segunda semana de mayo.


Fuente: AICA

lunes, 16 de febrero de 2009

Montaña, Historia y Fe





A continuación les dejo una experiencia que une tres temas que me apasionan: la montaña, la historia y nuestra fe.

La quinta expedición que rememora el Cruce Sanmartiniano concretó ayer su llegada a Valle Hermoso, a 3.500 metros sobre el nivel del mar y límite con Chile, donde se realizó un emotivo acto con autoridades de ambos países.

Al grupo compuesto por 54 civiles y 19 efectivos de Gendarmería y Ejército, liderado por el gobernador sanjuanino José Luis Gioja, se sumó la delegación de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, que hace una semana partió a pie desde la capital provincial, encabezada por el arzobispo de San Juan de Cuyo, monseñor Alfonso Delgado.

Según el relato de una cronista del Diario de Cuyo, la jornada comenzó en el Refugio de Patos Sur, con el toque de diana que despertó al campamento a las 6.30, tras el cual los expedicionarios desayunaron y en sus caballos y mulas bordearon el río Patos Sur en subida, hasta llegar a los 3.500 metros, donde se encuentra el paso fronterizo.

Allí se cantaron los himnos de la Argentina y Chile, se entrecruzaron las banderas de ambos países y se intercambiaron regalos.

"Estas banderas chilenas y argentinas, cuando el corazón nos late más fuerte, cuando alguna lágrima nos corre por la mejilla, nos obliga a comprometernos, a pelear, a trabajar por la integración de dos países que comparten una de las fronteras más largas del mundo como son Chile y la Argentina", dijo con la voz entrecortada por la emoción el gobernador Gioja.



En tanto, monseñor Delgado bendijo el lugar y a los participantes de esta expedición que recreó la gesta del general José de San Martín, quien cruzó por ese paso al mando de la columna central del Ejército de Los Andes, unos 5.000 hombres, y a los pocos días, el 12 de febrero de 1817, derrotó a los realistas en la Batalla de Chacabuco.


Fuente: AICA


viernes, 13 de febrero de 2009

Misioneros: privilegiados del Amor, al servicio de la Iglesia.



A pocas horas de comenzar nuestra misión anual, me gustaría compartir con Ustedes algunas de las sensaciones y pensamientos que me embargan el alma.

Es muy dificil entender porque el Señor, pone en nuestras manos semejante tarea. 

Todas nuestras limitaciones, nuestras miserias, nuestros pecados nos hacen hasta dudar de que sea lo correcto comprometerse con semejante encargo.

Si nos ponemos a analizar detalladamente nuestras reales capacidades, saldriamos corriendo porque desde ya nos sabemos totalmente indignos, incompetentes  y pobres para semejante misión: llevar la Buena Noticia de Jesús a los hombres.

Sin embargo, si rezamos la situación y la ponemos en Sus Manos, entendemos que el solo hecho de ser portadores de semejante Noticia, nos dignifica, nos enriquece y nos potencia a lo mejor de nosotros mismos. No por méritos propios sino por méritos exclusivos de Nuestro Señor y Maestro.

Desde esta perspectiva la visión cambia. Es tan grande, tan santa y tan seria la misión encomendada que nos impregna en cada momento de nuestra vida, se nos pega a la piel, a nuestra alma, a nuestro ser. Como un perfume agradable, nos envuelve, en cierta medida nos transforma.

Es tanto el privilegio, no ganado sino absolutamente gratuito que nos da nuestro Padre, cuando misionamos, que cuesta salir del asombro y nos hace poner todas las ganas, todas nuestras fuerzas (nuestros talentos, pocos o muchos) al servicio de la Iglesia.

Por eso cuando estamos misionando tenemos una chance que no todos han recibido, tenemos la oportunidad concreta de ser Testigos del Amor entre los hombres y a su vez encontrarlo a El en cada persona que encontremos en el camino.

Nuestro principal desafío es llevar a nuestra vida cotidiana, al día a día, ese espíritu misionero.

Para ser Testigos de El 365 días por año, durante toda nuestra vida.

Bendito seas Señor, por habernos llamado a tan grande tarea, a pesar de todas nuestras limitaciones.
Bendito seas Señor, por permitirnos ser tus mensajeros.
Bendito seas Señor, por llamarnos amigos.
Bendito seas Señor, por quedarte con nosotros.
Bendito seas Señor.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Del dolor que causamos al Amor...



Cuando no somos lo que decimos ser,
cuando sentimos miedo, que es falta de fe,
cuando usamos al otro,
cuando confundimos amar con querer,
cuando esperamos que nos amen en vez de ocuparnos de hacerlo.

Cuando negamos nuestros principios,
cuando nuestra complicidad o silencio daña a otros,
cuando no somos fieles a nuestra fe,
cuando renegamos de la vida,
cuando descuidamos nuestros afectos.

Cuando nos sobran los viejos,
cuando nos molestan los niños,
cuando dudamos de los jóvenes,
cuando ignoramos los dolientes,
cuando nos creemos mejores que los demás.

Cuando no somos capaces de pedir perdón,
cuando la angustia nos invade,
cuando perdemos la esperanza,
cuando no somos capaces de decir: te amo.

Le causamos dolor al Amor.

lunes, 9 de febrero de 2009

Catequesis Kerigmática


DEFINICIÓN 
Primer anuncio del evangelio o predicación misional por medio del kerigma para suscitar la fe. CT18
El kerigma evangélico -primer anuncio lleno de ardor que un día transformó al hombre y lo llevó a la decisión de entregarse a Jesucristo por la fe-. CT25

DISTINCION CON OTROS ELEMENTOS DEL MINISTERIO DE LA PALABRA 

a) Elementos diversos del Ministerio de la Palabra
El Ministerio de la Palabra toma diversas formas: en primer lugar la evangelización o predicación misionera que se propone suscitar la fe. Sigue la forma catequística. Luego la forma litúrgica (homilía). Por último la forma teológica. Es importante distinguir estas formas, cada una de las cuales obedece sus propias leyes, aún cuando guardan entre sí una íntima conexión" DCG17

b) Secuencia de Primer Anuncio y luego catequesis
Entre evangelización y catequesis no hay ni separación u oposición, ni identificación pura y simple, sino relaciones estrechas de integración y complementaridad recíproca". CT 18
A la proclamación de la Buena Nueva ha de seguir una sólida catequesis a todos los niveles, particularmente en la familia y en los ambientes juveniles. La invitación a creer ha de ir acompañada por la oportuna instrucción acerca de todo aquello que el Señor, por medio de su Iglesia, ha querido enseñarnos. Sería un error catequizar sin haber evangelizado previamente, como lo sería igualmente evangelizar no atendiendo luego en modo suficiente a la instrucción recibida. Homilía en Veracruz 1990.

Gracias a la catequesis, el kerigma evangélico -primer anuncio lleno de ardor que un día transformó al hombre y lo llevó a la decisión de entregarse a Jesucristo por la fe- se profundiza poco a poco, se desarrolla en sus corolarios implícitos, explicado mediante un discurso que va dirigido tambíen a la razón, orientado hacia la práctica cristiana en la Iglesia y en el mundo. CT25

La finalidad específica de la catequesis no consiste únicamente en desarrollar, con la ayuda de Dios, una fe aún inicial, sino en promover en plenitud y alimentar diariamente la vida cristiana de los fieles de todas las edades. Se trata en efecto de hacer crecer, a nivel de conocimiento y de vida, el germen de la fe sembrado por el Espíritu Santo con el primer anuncio y transmitido eficazmente a través del bautismo. CT20


IMPORTANCIA DEL KERIGMA

Nosotros queremos confirmar una vez más que la tarea de la evangelización de todos los hombres, constituye la misión esencial de la Iglesia. EN14

El anuncio tiene la prioridad permanente en la misión: La Iglesia no puede substraerse al mandato explícito de Cristo; no puede privar a los hombres de la "Buena Nueva" de que son amados y salvados por Dios. RM44

En la compleja realidad de la misión, el primer anuncio tiene una función central e insustituible, porque introduce "en el misterio del amor de Dios, quien lo llama a iniciar una comunicación personal con él en Cristo" y abre la vía para la conversión. RM44
Revelar a Jesucristo y su Evangelio a los que no lo conocen: he ahí el programa fundamental que la Iglesia, desde la mañana de Pentecostés, ha asumido, como recibido de su Fundador. EN51


NECESIDAD DEL KERIGMA

Este primer anuncio que va dirigido de modo específico a quienes nunca han escuchado la Buena Nueva de Jesús o a los niños, se está volviendo cada vez más necesario, a causa de las situaciones de descristianización frecuentes en nuestros días, para gran número de personas que recibieron el bautismo, pero viven al margen de toda vida cristiana. EN52

La Iglesia tiene que dar hoy un gran paso adelante en su evangelización; debe entrar en una nueva etapa histórica de su dinamismo misionero. CL35

Pero el problema misionero se presenta actualmente a la Iglesia con una amplitud y con una gravedad tales, que sólo una solidaria asunción de responsabilidades por parte de todos los miembros de la Iglesia -tanto personal como comunitariamente- puede hacer esperar una respuesta eficaz. CL35

La fe cristiana aceptada pasivamente no ofrece ninguna garantía salvífica. El discípulo de Jesucristo debe dejarse guiar por el Espíritu de Cristo, actualizando en sí la existencia pascual del Hijo de Dios, para poder afirmar como el Apóstol "para mí la vida es Cristo". DT 348.

Los nuevos grupos religiosos son un clamos que nos desafía a ofrecer una Buena Nueva capaz de alcanzar las profundas esperanzas de los que pertenecen a la fe católica. DT 596.
Como la piedad popular marca de manera peculiar las culturas latinoamericanas... es indispensable continuar la tarea pastoral formulada en Puebla, asumiéndola, completándola y dinamizándola

LA NUEVA EVANGELIZACION Y EL KERIGMA

(A la Nueva Evangelización) En primer lugar la vinculamos con la evangelización perenne que consiste en anunciar la sustancia de la Buena Nueva de Jesucristo, y ha constituido desde siempre la "gracia y vocación propia de la Iglesia, su identidad más profunda". La evangelización será nueva en la medida en que proponga con fidelidad esta única, perenne y absoluta novedad de Jesucristo, de quien la Iglesia es su sacramento evangelizador. DT 451

En comunión colegial con el Sucesor de Pedro los obispos adoptan la nueva evangelización como el reto esencial que los ha de llevar a afrontar la grandiosa tarea de infundir nuevas energías al cristianismo en América Latina. Ello implica dejarse interpelar por el Espíritu que les pide volver a la perenne novedad del Evangelio, al anuncio original del "Kerigma" cristiano como núcleo insustituible de la Buena Nueva, cuya energía escondida es capaz de sacudir profundamente la conciencia del hombre actual. No hay otra novedad que anunciar. DT 440.

Por lo mismo toda evangelización, antigua o nueva, ha de incluir en la sustancia de su dinamismo la clara proclamación de Jesucristo, salvación de Dios en la historia, revelación perfecta del Padre y realización de las promesas del Reino, con el cual Jesús se identifica totalmente. DT 441

El método de la nueva evangelización exige también calidad en nuestro anuncio universal del Evangelio: volver a predicar el Kerigma como núcleo de la Buena Nueva. DT 461

CONTENIDO Y METAS DEL KERIGMA 

SECUENCIA DE LAS METAS EN EL KERIGMA

Incorporados a Cristo por el Bautismo, se constituyen como Pueblo de Dios. Marcados en la Confirmación con el don del Espíritu, de tal manera son configurados con el Señor y llenos del Espíritu Santo que, llevando su testimonio al mundo, conducen al Cuerpo de Cristo a su plenitud. Participando finalmente en la Asamblea Eucarística, comen la carne del Hijo del hombre y beben su sangre para recibir vida eterna y expresar la unidad del Pueblo de Dios. OICA2

Aquellas palabras llegaron al corazón de los oyentes quienes preguntaron enseguida a Pedro y a los demás apóstoles: "¿Qué tenemos que hacer hermanos? (Hch 2,37). La respuesta del Príncipe de los Apóstoles explica claramente el dinamismo de todo auténtico proceso de conversión y de agregación a la Iglesia. A la proclamación del Evangelio sigue la aceptación de la fe por parte de las catecúmenos en virtud de la palabra que mueve los corazones. A la confesión de la fe sigue la conversión y el bautismo en el nombre de Jesús, para la remisión de los pecados y para recibir la efusión del Espíritu Santo. Por medio del bautismo los creyentes son agregados a la comunidad de la Iglesia para vivir en comunión de fe, esperanza y amor. Homilía en Chalco, Edo. de México. 1990


PRIMERA PARTE: RENOVACION DEL BAUTISMO

1. CONTENIDO DEL ANUNCIO: AMOR Y SALVACION
La Iglesia no puede sustraerse al mandato explícito de Cristo; no puede privar a los hombres de la "Buena Nueva" de que son amados y salvados por Dios. RM44

-Amor del Padre
¡El hombre es amado por Dios! Este es el simplísimo y sorprendente anuncio del que la Iglesia es deudora respecto del hombre. La palabra y la vida de cada cristiano pueden y deben hacer resonar este anuncio: ¡Dios te ama, Cristo ha venido por ti; para ti Cristo es "el Camino, la Verdad y la Vida! CL34
Evangelizar es, ante todo, dar testimonio, de una manera sencilla y directa de Dios, revelado por Jesucristo mediante el Espíritu Santo. Este testimonio resulta planeamente evangelizador, cuando pone de manifiesto que para el hombre, el Creador no es un poder anónimo y lejano: es Padre. EN26
(Jesús) nos revela quién es este Dios al que llama con el término familiar "Abba", Padre. El Dios revelado sobre todo en las parábolas es sensible a las necesidades, a los sufrimientos de todo hombre; es un Padre amoroso y lleno de compasión, que perdona y concede gratuitamente las gracias pedidas. RM13
Todo hombre, por tanto es invitado a "convertirse" y "creer" en el amor misericordioso de Dios por él. RM13

-Salvación en Jesús
La persona, la vida y el mensaje de Jesucristo son el contenido central de la misión evangelizadora de la Iglesia, ya que toda su actividad y sentido consisten en llevar a la humanidad la salvación traída por Jesucristo. Sólo El tiene palabras de vida eterna, sólo El es el único mediador entre Dios y los hombres y Aquel por el que nosotros debemos salvarnos. Por tanto, es responsabilidad de los cristianos proclamar y conocer en profundidad la Persona, las acciones y las palabras de Jesucristo, y hacerlas vivas y actuantes en su existencia. También es tarea de la Iglesia, como "sacramento de salvación para el mundo" llevar a la humanidad el misterio de Cristo. DT 317

La Iglesia no puede dejar de proclamar que Jesús, vino a revelar el rostro de Dios y alcanzar, mediante la cruz y la resurrección, la salvación de todos los hombres. RM11

Sabemos que Jesús vino a traer la salvación integral, que abarca al hombre entero y a todos los hombres, abriéndoles a los admirables horizontes de la filiación divina. RM11.
El anuncio tiene por objeto a Cristo crucificado, muerto y resucitado: en él se realiza la plena y auténtica liberación del mal, del pecado y de la muerte; por él, Dios da la "vida nueva", divina y eterna. Esta es la "Buena Nueva" que cambia al hombre y la historia de la humanidad, y que todos los pueblos tienen derecho a conocer. RM44

a) Salvación es liberación
Como núcleo y centro de su Buena Nueva, Jesús anuncia la salvación, ese gran don de Dios que es liberación de todo lo que oprime al hombre, pero que es sobre todo liberación del pecado y del Maligno, dentro de la alegría de conocer a Dios y de ser conocido por El, de verlo, de entregarse a El. EN9

¡Si! Cristo y no otro es "el camino, la verdad y la vida" que da sentido y contenido a nuestra existencial. Lejos de él, queridos hermanos y hermanas, no hay verdadera paz, ni serenidad, ni auténtica y definitiva liberación, pues únicamente la gracia del Señor puede liberarnos de esa esclavitud radical que es el pecado; su palabra, su verdad nos hacen libres. Alocución en Durango, Méx.. 1990

b) Salvación es Cristo, muerto y resucitado por nosotros
La evangelización también debe contener siempre -como base, centro y a la vez culmen de su dinamismo- una clara proclamación de que en Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, muerto y resucitado, se ofrece la salvación a todos los hombres, como don de la gracia y de la misericordia de Dios. No una salvación puramente inmanente, a medida de las necesidades materiales o incluso espirituales que se agotan en el cuadro de la existencia temporal y se identifican totalmente con los deseos, las esperanzas, los asuntos y las luchas temporales, sino una salvación que desborda todos estos límites, para realizarse en una comunión con el único Absoluto, Dios, salvación trascendente, escatológica, que comienza ciertamente en esta vida, pero que tiene su cumplimiento en la eternidad. EN27
Anunciamos pues con fuerza al mundo que Cristo ha muerto y resucitado por nosotros, y que -como dice San Pablo- nosotros participamos de su muerte y resurrección por el bautismo. (Homilía en Veracruz, 1990)

No hay por tanto verdadera evangelización mientras no se anuncie claramente el nombre, la vida, las promesas, el Reino, el amor del Padre revelado en la humanidad visible de Jesús de Nazareth, el Ungido del Espíritu, por cuya muerte y resurrección se otorga la salvación a todos, especialmente a los pequeños, como don de la gracia y de la misericordia de Dios. DT 443.

2. RESPUESTA AL ANUNCIO: FE Y CONVERSION
La "Buena Nueva" tiende a suscitar en el corazón y en la vida del hombre la conversión y la adhesión personal a Jesucristo Salvador y Señor; dispone el Bautismo y la Eucaristía y se consolida en el propósito y en la realización de la nueva vida según el Espíritu. CL33

El anuncio de la Palabra de Dios tiende a la conversión cristiana, es decir, a la adhesión plena y sincera a Cristo y a su Evangelio mediante la fe. RM46

a) Fe - Adhesion a Cristo
La fe nace del anuncio. RM44
El Kerigma -anuncio lleno de ardor que un día transformó al hombre y lo llevó a la decisión de entregarse a Jesucristo por la fe. CT25

La finalidad de la catequesis, en el conjunto de la evangelización es la de ser un periodo de enseñanza y de madurez, es decir, el tiempo en que el cristiano, habiendo aceptado por la fe la persona de Jesucristo como solo Señor y habiéndole prestado una adhesión global con la sincera conversión del corazón, se esfuerza por conocer mejor a esa Jesús en cuyas manos se ha puesto. CT 20

(nota: la catequesis supone que el cristiano ha aceptado a Cristo en el primer anuncio evangelizador. Anuncio y Catequesis son dos elementos del conjunto de la evangelización, entendida en este caso como Ministerio de la Palabra)
La búsqueda y la adhesión a Cristo son el factor determinante para que el hombre viva y crezca. CL34

La adhesión a la persona de Jesucristo se realiza mediante un auténtico proceso iniciado por la fe en su poder de hacer milagros y expulsar demonios, por la fe en la autoridad de sus palabras, en fin por la fe en su Persona... DT 345

Dios ofrece al hombre esta vida nueva: ¿Se puede rechazar a Cristo y todo lo que él ha traído a la historia del hombre? Ciertamente es posible. El hombre es libre. El hombre puede decir no a Dios. El hombre puede decir no a Cristo. RM7

Esta vida nueva es un don de Dios, y al hombre se le pide que lo acoja y desarrolle, si quiere realizarse según su vocación integral, en conformidad con Cristo. RM7

b) Conversion
En la predicación apostólica, la exposición de los contenidos del mensaje cristiano, suscitaba en muchos la pregunta decisiva "¿Qué hemos de hacer hermanos?". Ya el día de Pentecostés, Pedro formula la respuesta: "Convertíos y que cada uno de vosotros se haga bautizar en el Nombre de Jesucristo, para remisión de vuestros pecados; y recibiréis el Don del Espíritu Santo". La Conversión a Cristo incluye un contacto sacramental con El en el bautismo. El hombre pecador es así sepultado en la muerte por el bautismo para que también por el basutismo resucite el hombre nuevo cristiano" DC 265

La conversión es un don de Dios, obra de la Trinidad; es el Espíritu que abre las puertas de los corazones, a fin de que los hombres pueden creer en el Señor y "confersarlo". RM46
Los apóstoles, movidos por el Espíritu Santo, invitaban a todos a cambiar de vida, a convertirse y a recibir el bautismo. RM47
La conversión a Cristo está relacionada con el bautismo, no sólo por la praxis de la Iglesia, sino por voluntad del mismo Cristo, que envió a hacer discípulos a todas las gentes y a bautizarlas RM47

SEGUNDA PARTE: RENOVACION DE LA CONFIRMACION 
Marcados en la Confirmación con el don del Espíritu de tal manera son configurados con el Señor y llenos del Espíritu Santo que, llevando su testimonio al mundo, conducen al Cuerpo de Cristo a su plenitud. (OICA2)

1. CONTENIDO DEL ANUNCIO: REINO DE DIOS Y DON DEL ESPIRITU

a) Reino de Dios (o Señorío de Jesús)
Cristo, en cuanto evangelizador, anuncia ante todo un Reino, el Reino de Dios; tan importante que, en relación a él, todo se convierte en "lo demás", que es dado por añadidura. EN8
El Evangelio de Jesucristo penetró en México con el ardor apostólico de los primeros evangelizadores. Ellos anunciaron a Jesucristo crucificado y resucitado, constituído Señor y Mesías y atrajeron a la fe a las multitudes. (Homilía Basílica de Guadalupe, 1990)

Jesucristo se muestra a lo largo de su vida como el Señor del Reino, proclamándolo como ya presente, haciéndolo irrumpir por sus acciones, ligándolo a su Persona, presentándose como el juez escatológico, revelándose señor de la ley y su intérprete con autoridad. Resucitado y proclamado como Señor y Cristo (Hech 2,36), Hijo de Dios (Hech 9,20), participando del poder de Dios, de tal modo que los primeros cristianos anuncian el Reino de Cristo y de Dios (Ef 5,5), o bien el Reino eterno de nuestro Señor Jesucristo. DT 343

Es en el anuncio de Jesucristo, con el que el Reino se identifica, donde se centra la predicación de la Iglesia primitiva. Al igual que entonces, hoy también es necesario unir el anuncio del Reino de Dios (el contenido del "kerigma" de Jesús) y la proclamación del evento de Jesucristo (que es el "kerigma" de los Apóstoles). Los dos anuncios se complementan e iluminan mutuamente. RM16

Al resucitar Jesús de entre los muertos Dios ha vencido la muerte y en él ha inaugurado definitivamente su Reino. Durante su vida terrena Jesús es el profeta del Reino y, después de su pasión, resurrección y ascensión al cielo, participa del poder de Dios y de su dominio sobre el mundo" RM16

El designio divino es "hacer que todo tenga a Cristo por cabeza, lo que está en los cielos y lo que está en la tierra. RM6

b) Don del Espíritu (para ser hermanos y testigos)
Se puede decir igualmente que él (El Espíritu Santo) es objeto (contenido) de la Evangelización: solamente él suscita la nueva creación, la humanidad nueva a la que la evangelización debe conducir. EN75

-Espíritu de Verdad:
El (El Espíritu Santo) es quien explica el sentido profundo de las enseñanzas de Jesús y su misterio. EN 75

-Fuerza de lo alto: para ser testigos.
Solamente después de la venida del Espíritu, el día de Pentecostés, los Apóstoles salen hacia todas las partes del mundo para comenzar la gran obra de evangelización de la Iglesia. EN75

Misión del Espíritu es también transformar a los discípulos en testigos de Cristo: "El dará testimonio de mí y vosotros daréis también testimonio". CT72

-Fuerza de lo alto, para edificar la comunidad.
El Espíritu mueve al grupo de los creyentes a "hacer comunidad", a ser Iglesia. Tras el primer anuncio de Pedro, el día de Pentecostés, y las conversiones que se dieron a continuación, se forma la primera comunidad. RM26

Del Espíritu proceden todos los carismas que edifican a la Iglesia, comunidad de cristianos. CT72

-Fuerza de lo alto, para crecer...
La catequesis que es crecimiento en la fe y maduración de la vida cristiana hacia la plenitud, es por consiguiente una obra del Espíritu Santo, obra que sólo El puede suscitar y alimentar en la Iglesia CT72


2. RESPUESTA AL ANUNCIO: CONSAGRACION AL REINO O AL SEÑORIO DE JESUS, APERTURA AL DON DEL ESPIRITU

a) Entrega al Señorío de Jesús
Efectivamente, el anuncio no adquiere toda su fuerza y significación más que cuando es escuchado, aceptado, asimilado y cuando hace nacer en quien lo ha recibido una adhesión del corazón. En una palabra, adhesión al Reino, es decir, al "mundo nuevo", al nuevo estado de cosas, a la nueva manera de ser, de vivir, de vivir juntos, que inaugura el Evangelio. (EN23)

El Reino de Dios no es un concepto, una doctrina o un programa sujeto a libre elaboración, sino que es ante todo una persona que tiene el rostro y el nombre de Jesús de Nazaret, imagen del Dios invisible. RM 1

b) Apertura al Don del Espíritu.
y cada uno de los evangelizadores a invocar constantemente con fe y fervor al Espíritu Santo y a dejarse guiar por él como inspirador decisivo de sus programas, de sus iniciativas, de su actividad evangelizadora. EN75

Que la pastoral urbana procure, en la pluralidad de sus actividades, conducir a los hombres y mujeres a una auténtica experiencia de Dios, fundamento último de su vida cristiana... Sin la confrontación con el Absoluto, sin este encuentro personal con Cristo, sin esta experiencia profunda del Espíritu, la vivencia cristiana carece de solidez y estabilidad. DT 660

TERCERA PARTE: CULMINACION DEL ANUNCIO: RENOVACION DE LA EUCARISTIA 

1. CONTENIDO DE LAS EXHORTACIONES.

a) DISCIPULOS: Perseverar en los medios de crecimiento cristiano
Efectivamente, el anuncio no adquiere toda su fuerza y significación más que cuando es escuchado, aceptado, asimilado y cuando hace nacer en quien lo ha recibido una adhesión del corazón. Tal adhesión no puede quedarse en algo abstracto y desencarnado, se manifiesta concretamente por medio de una entrada visible, en una comunidad de fieles. EN23

La Parroquia no es principalmente una estructura, un territorio, un edificio; ella es "la familia de Dios, es como una fraternidad animada por el Espíritu de unidad", "es una casa de familia, fraterna y acogedora", es la "comunidad de los fieles". CL26

Si es verdad que ser cristiano significa decir "si" a Jesucristo, recordemos que este "si" tiene dos niveles: consiste en entregarse a la Palabra de Dios y apoyarse en ella, pero significa también, en segunda instancia, esforzarse por conocer cada vez mejor el sentido profundo de esa Palabra. CT20

La proclamación del Evangelio debe ser completada por una específica catequesis de orden eclesial y sacramental. RM23

Todo el que se ha adherido a Jesucristo por la fe y se esfuerza por consolidar esta fe mediante la catequesis, tiene necesidad de vivirla en comunión con los que han dado el mismo paso. CT24
Uno de los objetivos centrales de la misión es reunir al pueblo para la escucha del Evangelio, en la comunión fraterna, en la oración y en la Eucaristía. RM26.

(Los cristianos) procuran agradar a Dios antes que a los hombres, dispuestos siempre a dejarlo todo por Cristo y a padecer persecución por la justicia, recordando las palabras del Señor: "Si alguien quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" AS 4f

b) APOSTOLES: Apostolado intraeclesial e intrasecular.
El que ha sido evangelizado, evangeliza a su vez. He aquí la prueba de la verdad. La piedra de toque de la evangelización: es impensable que un hombre haya acogido la Palabra y se haga entregado al Reino sin convertirse en alguien que a su vez da testimonio y anuncia" EN24

2. METAS DE LAS EXHORTACIONES.

a) PERMANECER EN COMUNIDAD.
Por la Evangelización la Iglesia es construida y plasmada como comunidad de fe. CL33

La Iglesia nace de la acción evangelizadora de Jesús y de los doce. Es un fruto normal, deseado, el más inmediato y el más visible. EN15

Esta nueva evangelización está destinada a la formación de comunidades eclesiales maduras, en las cuales la fe consiga liberar y realizar todo su originario significado de adhesión a la persona de Cristo y su Evangelio. CL34

b) CULMINACION Y CENTRALIZACION EN LA EUCARISTIA
Con la celebración de la Eucaristía, la iniciación encuentra su consumación. Renovados en su interior, gustan más íntimamente la Palabra de Dios, viven la comunión con el Espíritu Santo y experimentan cuán suave es el Señor (OICA 37,38)

Las labores apostólicas, se ordenan a que todos, habiendo sido hechos hijos de Dios por la fe y el bautismo, se congreguen, alaben a Dios en medio de la Iglesia, participen en el sacrificio y coman la Cena del Señor (Sacrosantum Concilium 10)
Los cristianos ya marcados por el Bautismo y la Confirmación, encuentran su inserción plena en el Cuerpo de Cristo, al recibir la Eucaristía. La Asamblea Eucarística es el centro de la comunidad cristiana, presidida por el sacerdote. (Presbyterorum Ordinis 5)



Abrebiaturas Utilizadas
AA - Apostolicam actuositatem
DMPO - Directorio para Ministerio Pastoral - Argentina
AG - AdGentes
DSD - Documento de Santo Domingo
CD - Christus Dominus
DT - Documento de Trabajo para Santo Domingo
CDC - Código de Derecho Canónico
LG - Lumen Gentium
CL - Chrfistifidelis Laici
LPNE- Líneas pastorales para la Nueva Evangelización - Argentina
CT - Catequesi Tradendae
PD - Documento de Preparación para Santo Domingo
DC - Documento de Consulta para Santo Domingo
RM - Redemptoris missio


Fuente: http://www.misiones.catholic.net/kerydoc.htm 

jueves, 5 de febrero de 2009

Mensaje de Cuaresma 2009



"Jesús, después de hacer un ayuno
de cuarenta días y cuarenta noches,
al fin sintió hambre".(Mat.4, 1-2)

 

¡Queridos hermanos y hermanas!

Al comenzar la Cuaresma, un tiempo que constituye un camino de preparación espiritual más intenso, la Liturgia nos vuelve a proponer tres prácticas penitenciales a las que la tradición bíblica cristiana confiere un gran valor: la oración, el ayuno y la limosna, para disponernos a celebrar mejor la Pascua y, de este modo, hacer experiencia del poder de Dios que, como escucharemos en la Vigilia pascual, "ahuyenta los pecados, lava las culpas, devuelve la inocencia a los caídos, la alegría a los tristes, expulsa el odio, trae la concordia, doblega a los poderosos" (Pregón pascual).

En mi acostumbrado Mensaje cuaresmal, este año deseo detenerme a reflexionar especialmente sobre el valor y el sentido del ayuno. En efecto, la Cuaresma nos recuerda los cuarenta días de ayuno que el Señor vivió en el desierto antes de emprender su misión pública. Leemos en el Evangelio: "Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno durante cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre" (Mt 4,1-2).

Al igual que Moisés antes de recibir las Tablas de la Ley (cfr. Ex 34, 8), o que Elías antes de encontrar al Señor en el monte Horeb (cfr. 1R 19,8), Jesús orando y ayunando se preparó a su misión, cuyo inicio fue un duro enfrentamiento con el tentador.

Podemos preguntarnos qué valor y qué sentido tiene para nosotros, los cristianos, privarnos de algo que en sí mismo sería bueno y útil para nuestro sustento. Las Sagradas Escrituras y toda la tradición cristiana enseñan que el ayuno es una gran ayuda para evitar el pecado y todo lo que induce a él. Por esto, en la historia de la salvación encontramos en más de una ocasión la invitación a ayunar.

Ya en las primeras páginas de la Sagrada Escritura el Señor impone al hombre que se abstenga de consumir el fruto prohibido: "De cualquier árbol del jardín puedes comer, mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que comieres de él, morirás sin remedio" (Gn 2, 16-17). Comentando la orden divina, San Basilio observa que "el ayuno ya existía en el paraíso", y "la primera orden en este sentido fue dada a Adán". Por lo tanto, concluye: "El ‘no debes comer’ es, pues, la ley del ayuno y de la abstinencia" (cfr. Sermo de jejunio: PG 31, 163, 98).

Puesto que el pecado y sus consecuencias nos oprimen a todos, el ayuno se nos ofrece como un medio para recuperar la amistad con el Señor. Es lo que hizo Esdras antes de su viaje de vuelta desde el exilio a la Tierra Prometida, invitando al pueblo reunido a ayunar "para humillarnos -dijo- delante de nuestro Dios" (8,21). El Todopoderoso escuchó su oración y aseguró su favor y su protección. Lo mismo hicieron los habitantes de Nínive que, sensibles al llamamiento de Jonás a que se arrepintieran, proclamaron, como testimonio de su sinceridad, un ayuno diciendo: "A ver si Dios se arrepiente y se compadece, se aplaca el ardor de su ira y no perecemos" (3,9). También en esa ocasión Dios vio sus obras y los perdonó.

En el Nuevo Testamento, Jesús indica la razón profunda del ayuno, estigmatizando la actitud de los fariseos, que observaban escrupulosamente las prescripciones que imponía la ley, pero su corazón estaba lejos de Dios. El verdadero ayuno, repite en otra ocasión el divino Maestro, consiste más bien en cumplir la voluntad del Padre celestial, que "ve en lo secreto y te recompensará" (Mt 6,18). Él mismo nos da ejemplo al responder a Satanás, al término de los 40 días pasados en el desierto, que "no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mt 4,4). El verdadero ayuno, por consiguiente, tiene como finalidad comer el "alimento verdadero", que es hacer la voluntad del Padre (cfr. Jn 4,34). Si, por lo tanto, Adán desobedeció la orden del Señor de "no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal", con el ayuno el creyente desea someterse humildemente a Dios, confiando en su bondad y misericordia.

La práctica del ayuno está muy presente en la primera comunidad cristiana (cfr. Hch 13,3; 14,22; 27,21; 2Co 6,5). También los Padres de la Iglesia hablan de la fuerza del ayuno, capaz de frenar el pecado, reprimir los deseos del "viejo Adán" y abrir en el corazón del creyente el camino hacia Dios. El ayuno es, además, una práctica recurrente y recomendada por los santos de todas las épocas. Escribe San Pedro Crisólogo: "El ayuno es el alma de la oración, y la misericordia es la vida del ayuno. Por tanto, quien ora, que ayune; quien ayuna, que se compadezca; que preste oídos a quien le suplica aquel que, al suplicar, desea que se le oiga, pues Dios presta oído a quien no cierra los suyos al que le suplica" (Sermo 43: PL 52, 320, 332).

En nuestros días, parece que la práctica del ayuno ha perdido un poco su valor espiritual y ha adquirido más bien, en una cultura marcada por la búsqueda del bienestar material, el valor de una medida terapéutica para el cuidado del propio cuerpo. Está claro que ayunar es bueno para el bienestar físico, pero para los creyentes es, en primer lugar, una "terapia" para curar todo lo que les impide conformarse a la voluntad de Dios.

En la Constitución apostólica “Pænitemini” de 1966, el Siervo de Dios Pablo VI identificaba la necesidad de colocar el ayuno en el contexto de la llamada a todo cristiano a no "vivir para sí mismo, sino para aquél que lo amó y se entregó por él y a vivir también para los hermanos" (cfr. Cap. I). La Cuaresma podría ser una buena ocasión para retomar las normas contenidas en la citada Constitución apostólica, valorizando el significado auténtico y perenne de esta antigua práctica penitencial, que puede ayudarnos a mortificar nuestro egoísmo y a abrir el corazón al amor de Dios y del prójimo, primero y sumo mandamiento de la nueva ley y compendio de todo el Evangelio (cfr. Mt 22,34-40).

La práctica fiel del ayuno contribuye, además, a dar unidad a la persona, cuerpo y alma, ayudándola a evitar el pecado y a acrecer la intimidad con el Señor. San Agustín, que conocía bien sus propias inclinaciones negativas y las definía "retorcidísima y enredadísima complicación de nudos" (Confesiones, II, 10.18), en su tratado “La utilidad del ayuno”, escribía: "Yo sufro, es verdad, para que Él me perdone; yo me castigo para que Él me socorra, para que yo sea agradable a sus ojos, para gustar su dulzura" (Sermo 400, 3, 3: PL 40, 708). Privarse del alimento material que nutre el cuerpo facilita una disposición interior a escuchar a Cristo y a nutrirse de su palabra de salvación. Con el ayuno y la oración Le permitimos que venga a saciar el hambre más profunda que experimentamos en lo íntimo de nuestro corazón: el hambre y la sed de Dios.

Al mismo tiempo, el ayuno nos ayuda a tomar conciencia de la situación en la que viven muchos de nuestros hermanos. En su Primera carta San Juan nos pone en guardia: "Si alguno que posee bienes del mundo, ve a su hermano que está necesitado y le cierra sus entrañas, ¿cómo puede permanecer en él el amor de Dios?" (3,17). Ayunar por voluntad propia nos ayuda a cultivar el estilo del Buen Samaritano, que se inclina y socorre al hermano que sufre (cfr. Enc. “Deus caritas est”, 15). Al escoger libremente privarnos de algo para ayudar a los demás, demostramos concretamente que el prójimo que pasa dificultades no nos es extraño.

Precisamente para mantener viva esta actitud de acogida y atención hacia los hermanos, animo a las parroquias y demás comunidades a intensificar durante la Cuaresma la práctica del ayuno personal y comunitario, cuidando asimismo la escucha de la Palabra de Dios, la oración y la limosna. Este fue, desde el principio, el estilo de la comunidad cristiana, en la que se hacían colectas especiales (cfr. 2Co 8-9; Rm 15, 25-27), y se invitaba a los fieles a dar a los pobres lo que, gracias al ayuno, se había recogido (cfr. Didascalia Ap., V, 20,18). También hoy hay que redescubrir esta práctica y promoverla, especialmente durante el tiempo litúrgico cuaresmal.

Lo que he dicho muestra con gran claridad que el ayuno representa una práctica ascética importante, un arma espiritual para luchar contra cualquier posible apego desordenado a nosotros mismos. Privarnos por voluntad propia del placer del alimento y de otros bienes materiales, ayuda al discípulo de Cristo a controlar los apetitos de la naturaleza debilitada por el pecado original, cuyos efectos negativos afectan a toda la personalidad humana. Oportunamente, un antiguo himno litúrgico cuaresmal exhorta: "Utamur ergo parcius, / verbis, cibis et potibus, / somno, iocis et arctius / perstemus in custodia – Usemos de manera más sobria las palabras, los alimentos y bebidas, el sueño y los juegos, y permanezcamos vigilantes, con mayor atención".

Queridos hermanos y hermanas, bien mirado el ayuno tiene como último fin ayudarnos a cada uno de nosotros, como escribía el Siervo de Dios el Papa Juan Pablo II, a hacer don total de uno mismo a Dios (cfr. Enc. “Veritatis Splendor”, 21). Por lo tanto, que en cada familia y comunidad cristiana se valore la Cuaresma para alejar todo lo que distrae el espíritu y para intensificar lo que alimenta el alma y la abre al amor de Dios y del prójimo. Pienso, especialmente, en un mayor empeño en la oración, en la lectio divina, en el Sacramento de la Reconciliación y en la activa participación en la Eucaristía, sobre todo en la Santa Misa dominical.

Con esta disposición interior entremos en el clima penitencial de la Cuaresma. Que nos acompañe la Beata Virgen María, “Causa nostræ laetitiæ”, y nos sostenga en el esfuerzo por liberar nuestro corazón de la esclavitud del pecado para que se convierta cada vez más en "tabernáculo viviente de Dios".

Con este deseo, asegurando mis oraciones para que cada creyente y cada comunidad eclesial recorra un provechoso itinerario cuaresmal, os imparto de corazón a todos la Bendición Apostólica.

 

Vaticano, 11 de diciembre de 2008

Benedicto XVI

miércoles, 4 de febrero de 2009

Lirios de esperanza



Ante la angustia, reza para que vuelva la esperanza.
ante la amargura, pensa en Cristo en el calvario.
ante la incertidumbre, roga a Dios que te devuelva la fe.
ante el dolor, ofrecelo para redimir tus pecados y los de otros.
ante la pena, abrazala porque son los minutos que te toca llevar la cruz.
ante el abandono, encomendate al Padre, es cuando más cerca estás de El aunque no lo creas.
ante la soledad, no dudes de que Dios está con vos.
ante el miedo, apartalo de inmediato, pues el miedo es lo contrario al amor.
ante la vida, agradecele a Dios la oportunidad de haber nacido.

martes, 3 de febrero de 2009

Quien sabe...



quien sabe de soledades,
no se inquieta por el abandono.

quien sabe de fracasos,
no se asusta ante la adversidad.

quien sabe de engaños,
no se acobarda ante la verdad.

quien sabe de dolores,
no los sufre como condena.

quien sabe de luchas,
no se preocupa por el cansancio.

quien sabe que es pobre,
no espera un si, se sorprende cuando lo escucha.

quien sabe de angustias,
no reniega ante la realidad.

quien sabe de errores,
no pretende ser infalible.

quien sabe que no existe el destino,
no teme luchar por la libertad.

quien sabe que nada es porque si,
reconoce que hay un Dios.