Cada vez...

Cada vez que pensas algo bueno de los demás,

cada vez que rezas por alguien,

cada vez que haces el bien a un desconocido.

Cada vez que das testimonio de tu fe con tu vida,

cada vez que te hierve la sangre cuando vez la injusticia,

cada vez que se te cae una lágrima acompañando al que sufre.

Cada vez que llegas cansado de misionar,

cada vez que llamas por teléfono al solitario,

cada vez que estás, solo estás con quien te necesita.

Cada vez que visitas un enfermo,

cada vez que luchas por los derechos del que es abusado,

cada vez que das una sonrisa a quien se te cruza por la vida.

Es el Espiritu que, habitando en ti, obra.